¡Fran Garrigós da la primera medalla a España en los Juegos Olímpicos!

¡Primera medalla para España en los Juegos Olímpicos de París! El judoca Fran Garrigós se ha colgado el bronce la categoría de -60 kilos tras imponerse en su último combate al georgiano Giorgi Sardalashvili en el Arena Campo de Marte. De paso, finiquitó la maldición del judo español, que consigue su primera medalla desde hace 24 años en los Juegos de Sidney.

No fue fácil poner fin a esta larga seguía que se alargaba casi un cuarto de siglo en uno de los deportes históricamente más fértiles para España. La medalla parecía cantada después de que tanto Garrigós como Laura Martínez se metieran en semifinales, pero hubo que sufrir hasta el último segundo del último combate que los españoles disputaron este sábado.

En un duelo de campeones mundiales entre Garrigós y Sardalashvili por la medalla de bronce, la medalla no se decidió hasta el Golden Score, la prórroga con la que se deciden los combates de judo que terminan empatados después de cuatro minutos. Un waza-ari le sirvió al mostoleño para completar su palmarés después de numerosas medallas en distintos campeonatos internacionales, incluidos tres campeonatos de Europa.

La competición este sábado de Garrigós, marcada por tres victorias en cuatro combates, fue casi impecable, salvo la pequeña grieta en su defensa que abrió en su duelo de semifinales contra Yeldos Smetov y que sirvió para que el kazajo, que poco después se proclamaría campeón olímpico, le batiera.

Antes, el judoca español, militar de formación y sargento reservista del Ejército del Aire, se había deshecho en octavos de final del belga Jorre Verstraeten y en cuartos del gran favorito, el japonés Ryuju Nagayama, protagonista de una fea escenita, ya que no aceptó su derrota y durante unos minutos se negó a abandonar el tatami, hasta que se hizo evidente que su rabieta era ridícula.

La alegría para el judo español no fue completa porque Laura Martínez, que también disputó su propio combate por la medalla de bronce unos minutos antes, sucumbió ante el empuje de la francesa Shirine Boukli, que fue llevada en volandas por el público galo que abarrotó el pabellón. Acabó entre lágrimas tras una competición en la que no partía entre las favoritas y donde rozó la medalla.